Prejuicios

A. es hijo de unos amigos, y alumno mío de una asignatura de Derecho civil. Lo sé por sus apellidos: ni a él lo conocía, ni sus padres me dijeron que yo era su profesor. Son elegantes.
 
Al discutir en clase el primer caso práctico, intervino. Propuso una solución equivocada, pero con cierto grado de elaboración, por lo que deduje que le habían ayudado sus padres, que son juristas aunque no civilistas.
 
A. no tiene aspecto de jurista, sino de chico desgarbado pero hábil,  dispuesto a coger atajos para llegar más pronto. Algunos días no venía a clase, y me explicó que la hora le coincidía con otra asignatura en la que pasaban lista. Mi impresión fue que A. tenía más apellidos que nombre, y que le costaría superar la asignatura. "Se lo ví en la cara". Vi en su cara que el chico no les había salido buen estudiante.
 
El día que le correspondía tutoría para enseñarme el material de trabajo, no acudió. Se vé que tenía otra coincidencia. A la semana siguiente vino con su material: impecable, apuntes ordenados en su portátil, sentencias subrayadas, casos resueltos, resúmenes del manual... Me sorprendió. Y tuve la impresión de que el material no era suyo: se lo habría pedido a un compañero y lo habría "adaptado". Puse un gran interrogante en su ficha. Algún otro día volvió a intervenir en clase: no dijo ninguna tontería, pero yo seguía con mi interrogante.
 
Hoy he corregido su examen. Me disponía a leer insustancialidades, errores graves con palabras engominadas. El examen no era fácil, requería haber desarrollado durante el curso ciertas estrategias para enfrentarse con solvencia a casos o supuestos típicos de la materia. Pero el examen está impecable. Escrito bien, desarrollando correctamente no sólo la arquitectura principal de cada caso, sino también los matices, algunos de ellos complicados.
 
Así que me trago mis impresiones iniciales, y con mucha satisfacción le pongo un sobresaliente.
 
Cuántas veces se habrá corroborado injustamente un prejuicio equivocado... Y qué difícil es estar a salvo de ellos. En este caso, A. ha sabido vencer a mis prejuicios sobre él. Y me alegro.

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