Al ver imágenes de los encierros de San Fermín, una de mis hijas (10 años) me preguntó qué había pasado, de dónde habían salido los toros y por qué corrían detras de la gente. Le daba miedo: se ponía de parte de la gente. Le expliqué que era la gente la que llevaba a los toros a la plaza, para la corrida. Entonces me preguntó por qué en las corridas matan a los toros si no han hecho nada malo. Ahora se puso de parte del toro. Yo le dije que era un espectáculo desde hace siglos, que a mucha gente le gusta, y que al fin y al cabo a todas las vacas acaban sacrificándolas en los mataderos para que nosotros podamos comer su carne. Pero lo que ella no acaba de entender es por qué a mucha gente le gusta ver cómo matan a un toro. Si la conversación hubiese seguido, es probable que me dijera que también en el circo romano disfrutaba mucha gente viendo cómo las fieras mataban a personas (aunque entonces no eran personas, porque no eran ciudadanos romanos). "No es lo mismo un toro que una persona", le diría yo, pero ella, si estuviese lúcida, quizás diría: "pregúntaselo al toro, si es o no lo mismo". Y puede que yo acabase pensando que lo que es lo mismo es pagar una entrada para disfrutar viendo cómo un hombre mata a un animal después de aturdirlo y debilitarlo, que pagarlo para ver cómo un animal mata a un hombre.
Nunca he sido antitaurino. Tampoco amante de las corridas. No sacaré pancartas para pedir la prohibición, pero menos aún repetiré los argumentos que las justifican.
Cada cual con su conciencia…
Saludos desde el aire
Se trata de costumbres ancestrales, aunque el tiempo acaba poniendo todo en su sitio. No soy ni pro ni anti.
Su hija piensa de una manera muy lógica, bendición que debiera alcanzar a gran número de personas adultas en los más variados temas.
Saludos.
Pues yo haría las mismas preguntas que tu hija, porque tampoco comprendo nada.
No comprendo el disfrute a través del dolor o sufrimiento ajeno, ni quiero comprenderlo.