Llevaba más de un año en que sus máximas proezas eran abrir los ojos un rato, mover una mano o despertarse. A veces incluso miraba a quien había ido a verla. El resto del tiempo era dormir y dejar que una sonda alimentase lo que quedaba de su cuerpo. Pero ahora que acaba de morirse, aflora de pronto toda su vida. Una vida llena de fortaleza, de decisiones, de trabajo (cuántos miles de niños gallegos aprendieron a leer con ella), de consejos, de empuje, de criterio, de risas. Ahora se recupera toda su vida, que había quedado reducida a un hilo finísimo, quizás sin conciencia, sostenido sólo por un corazón que seguía latiendo. Acabado ese largo momento de la muerte, ya tenemos ahí una vida entera, ya vuelve a ser la que fue en todas las épocas de su vida. La que gobernaba, la que disponía, la que quería, la que acompañó tantos sufrimientos, la que provocó tantas alegrías. Mi tía Lola.
Miguel Pasquau
Cuaderno de notas
Tía Lola.
- Inicio
- Sin categoría
- Tía Lola.
Etiquetas
Actualidad
calendario
Casa Luna
Cataluña
cine
ciudad
condición humana
Constitución
corrupción
Cristianismo
Cuando siempre era verano
democracia
Deporte
derechos
divertimento
economía
elecciones
España
igualdad.
impuestos
Instantáneas
Justicia
leyes
Literatura
mercado
Momentos
moral.
Naderías
palabras
Paradojas
partidos
paternidad
periodismo
Política
populismo
reflexiones
relato
religión
resistir
Socialdemocracia
televisión
terrorismo
tiempo
verano
Ética
Categorías
Ultimas Entradas
-
“Texto en una libreta”
Cortázar debió pasar muchas horas de su vida en el metro: el de Buenos Aires y el de París. Lo imagino observando, atento a cualquier indicio de relato, provisto de su "cámara literaria", esa que sabía torcer esquinas y colarse...[...] -
Maneras de no envejecer.
La vejez (no me refiero a la muerte, eso es otra cosa) busca vías de penetración, desde no sé bien qué edad (es muy variable), ni por qué razones. Es una pesada. Va por la calle buscando objetivos, orificios, poros,...[...] -
Cercanía y sus formas
Hay un reflejo heredado, aprendido y revalidado con la costumbre, de acercarse a personas que sabemos que forman parte de nuestra vida, en círculos más o menos próximos, en los días previos a la navidad. Aunque sea liviana, pueda parecer...[...] -
Noviembre desde la ventana
Fotografía extraída de https//diariopresente.mx En Granada seguimos sin terrazas ni apenas comercio. Se puede trabajar, se puede pasear, se puede comprar comida y estar en casa, pero la ciudad, a partir de la hora en que cae el sol, por...[...]
Ultimos Comentarios
-
by Isabela
-
by Conshi
-
by María
Cuando para morirse hace falta sortear mucho sufrimiento queda esa sensación, la de recuperar a la persona que tuvimos siempre. Porque una persona no es sólo la que vemos al final, sino la que está en el recorrido de todos sus días.
Siempre que alguien se va se queda entre las personas que la seguirán queriendo tal y como era. Tal y como fue.
Un abrazo
Me tomo la libertad de pasarte un escrito que no conocía, y casualmente estaba en la siguiente entrada de blog que leí:
http://thekankel.blogspot.com/2011/12/todos.html
Hace un rato he llamado a tu madre para hacerle una pregunta rutinaria de nuestras cosas del blog, y me ha dicho que su hermana se había muerto. Debe ser especialmente duro para ella despedirse de quien era como su madre, pero en el fondo latía en su voz triste esa felicidad de los creyentes: su hermana había descansado de tanto sufrimiento y ella dice que durante toda la mañana la tenía muy presente en su casa.
Al hablar con tu madre, me he acordado de un poema bellísimo y esperanzador: "Morir sólo es morir, morir se acaba…"
Lo has dicho todo. Condición humana.
bss
Lo siento. Un abrazo.
Un abrazo grande
No fue una muerte envuelta en amargura: sólo envuelta en algo de tristeza, esa tristeza que más que doler, casi consuela.
Gracias por vuestras palabras.