¿De quién es la culpa?

Quienes llegan a edad laboral no encuentran trabajo. Los contratos de duración determinada no se renuevan. Los contratados fijos son despedidos. Es absolutamente evidente que las últimas reformas laborales (la del PSOE y la del PP) no sólo no favorecen el empleo, sino que han abierto puertas y ventanas para que el despido sea más barato, lo que agudiza la tentación del empleador de ajustar sus cuentas con la variable del despido, en vez de apretar de otro modo. Buena parte de la última cifra de parados se debe a eso: a prescindir de los interinos intensificando la carga de trabajo de los fijos, a reducir plantillas en todas las administraciones, a facilitar el despido en la empresa privada. Pero, es verdad, la tendencia general de incremento del desempleo no es culpa de la  legislación laboral, sino de la falta de actividad económica. Y, ¿por qué no hay actividad económica? "Por la crisis", contestamos al unísono. Pero, ¿qué significa eso? Significa que como la gente está progresivamente empobrecida, hay menos capacidad adquisitiva, y por tanto la oferta de productos y servicios se reduce. No es que no se emprendan iniciativas porque no hay crédito: más bien parece que el crédito no "fluye" porque los prestamistas dudan de que la iniciativa tenga viabilidad, porque sus destinatarios no tienen dinero para comprar el producto o el servicio. ¿Y por qué la gente tiene menos poder adquisitivo? Porque los han despedido, porque les han reducido el suelo, porque no queda margen para lo que no sea imprescindible: pagar los créditos antiguos, hacer la compra cotidiana, atender las cuotas de servicios o actividades en las que un día centramos nuestra calidad de vida, etc. De manera que las políticas de ajustes, impuestas machaconamente por Europa y por los acreedores, son las verdaderas culpables del paro.
La "confianza" fue el mensaje electoral del PP. Con un gobierno en mayoría absoluta,  de "ideas claras" y de "reformismo audaz", todo se alinearía a favor de la reactivación económica. Los mercados, esa sustancia gris tendiendo a negra, reaccionarían inmediatamente. No ha sido así, y el Gobierno se ha visto obligado a seguir ajustando, recortando, suprimiendo, empobreciendo, congelando. Nada que ver con la confianza. La confianza es el principal crédito: se da sin más garantías que la propia confianza, y lo que se da vuelve con creces. Pero no hay confianza. El Gobierno ha fracasado. No ha logrado hacer dinero con confianza, como prometió.
Pero el Gobierno dice que tengamos paciencia: "pronto se verán los frutos de las importantes reformas acometidas". Eso lo puede decir cualquiera, y seguramente acertará. Claro: cuando las nubes se vayan, dejará de llover y saldrá el sol, y entonces todo estará más calentito. Y vuelta a empezar: se volverá a contratar, el barco avanzará con las velas desplegadas. Pero ¿qué velas? Eso es lo preocupante: cuando vuelva a soplar viento, las reformas acometidas harán que algunos barcos vuelen (sin el "lastre" de los costes sociales y laborales que están suprimiendo las reformas audaces) y que otros se queden varados y sin puerto en el que albergarse, porque los puertos estarán diseñados sólo como descanso de los campeones. Las pateras, a alta mar. Los cadáveres servirán de alimento a la fauna marina, y quizás ni siquiera sean visibles. Lo que quede fuera dejará de existir. Sálvese quien pueda.
No creo que el Gobierno sea el culpable de tanto paro. La culpa es de un capitalismo incapaz de aguantar y mantener mínimas cotas de justicia social en tiempos de crisis. De un capitalismo que sólo distribuye bienestar entre los asalariados cuando la cuenta de resultados de las empresas se acercan al pelotazo. El Gobierno no es culpable, pero hoy por hoy es la cara visible y cercana del sistema. Debe estar preocupado.

2 Respuestas

  1. Puede ser un análisis más o menos acertado sobre lo que está pasando, aunque hayas pasado por alto en cuatro pinceladas de qué crisis estamos hablando y del fraude que supone. Acierto en las consecuencias pero el mensaje final no me gusta nada, de nada… Un Gobierno es culpable, culpable porque otra política es posible, otra cosa es que un Gobierno neoliberal, (aunque Cospedal diga que es el partido de los trabajadores) no puede solucionar los problemas que sus políticas está provocando. Si ya se sabe que hacer seguidismo del FMI y BCE no soluciona nada y si esto Gobierno es un fraude porque hace las políticas contraria a las que prometió, debería dimitir en pleno. Quizás un juez no lo declarase culpable pero a buen seguro que un jurado popular si lo haría…(abrazos)

    • ¿Quién eres migueldeesponera, que no soy yo, que creía ser Miguel de Esponera?
      Gracias por el comentario.

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