Ramadán en Granada.

Ramadan en Granada

Al Rosario del desagravio en la Plaza del Triunfo de Granada fueron apenas 200 personas y una bandera de España, pero esa cifra es engañosa: por los móviles de media Granada se han propagado con enorme éxito mensajes de WhatsApp críticos con el acto "Conoce el Ramadán" que organizó un grupo de musulmanes de Granada, coordinados con creyentes de otras confesiones, y con la debida autorización del Ayuntamiento. En esos mensajes de WhatsApp (yo he recibido seis o siete, y he de decir que con algún remite sorprendente) se añadían comentarios sobre la invasión musulmana que va a acabar con la civilización europea, sobre la tibieza de los cristianos (y españoles) que nos estamos dejando invadir sin rechistar,  sobre la necesidad de poner freno a provocaciones como la de ese acto, que habría elegido la explanada de la Plaza del Triunfo, presidida por una escultura de la Inmaculada, para ofender. La "noticia" trascendió a periódicos como el ABC, que insistían en presentar el acto como una provocación. La misma idea la transmitieron políticos locales como Luis Salvador (C's) y Rocío Díaz (PP), quienes afeaban al Ayuntamiento de Granada (presidido por un socialista) haber autorizado el acto.

El asunto es interesante, porque demuestra qué fácilmente prende una  mecha de intolerancia montada sobre cualquier excusa: será porque hay gasolina. En este caso la excusa ha sido que la oración se hizo "a los pies de la Virgen" ("en la Virgen del Triunfo", dice el exconcejal y actual diputado Luis Salvador en un tuit, rebautizando a la Virgen  y a la Plaza), y que habría sido elegido a propósito para ofender "a los granadinos". La excusa es exactamente igual de absurda que si alguien ahora dice que la procesión del Corpus de hoy es una provocación a los protestantes y luteranos. La sustancia del asunto no está, por supuesto, en la Virgen; está en el Islam. La Virgen es una excusa, un argumento que sirve como percha para otra cosa. Porque lo que motiva tanto WhatsApp no es una defensa del dogma de la Inmaculada Concepción, ni siquiera del cristianismo/catolicismo, sino un extendido discurso según el cual la tolerancia española y europea es una forma de papanatismo buenista incapaz de entrever el peligro que supone la ola de islamización que, a caballo de la inmigración africana, va a acabar con nuestra identidad. Oriana Fallaci es el asunto.

Sé que los misiles están cargados, y que por mucho que me esmere en las palabras, este artículo me situará en el bando de los tontos para muchos listos que necesitan situarse en el fuerte territorio del "nosotros" contra "ellos". O en el bando de los tibios que no se enteran y que creen que todo el mundo es bueno. No importa que el Arzobispo de Granada haya salido lúcidamente al paso desautorizando ese Rosario de desagravio al decir que ninguna oración a Dios de otras religiones puede suponer ofensa a la Virgen. No importa que si tuviéramos un buen rato para conversar, reconocerían que la libertad religiosa no es una concesión, sino un derecho, y que su negación sería insoportable. No importa que sepan que muchos de los que participaron en el acto del Ramadán son tan granadinos y españoles como ellos. Porque cuando envían a "todos sus contactos" (ay, esa tecla sí que debería estar prohibida por la Constitución) la foto de musulmanes rezando en el Triunfo están dejándose llevar por pulsiones con sede en el hipotálamo, y no por ideas. Aunque abierto el debate, se agarren a la excusa: fue a los pies de la Virgen. Así pueden escribir que una cosa es la libertad y otra la insolencia.

Pero nada se arregla calificándolos a ellos como intolerantes o carpetovetónicos.  Son muchos, demasiados, los granadinos que se identifican con las críticas al acto. Representan el estado de opinión de una parte importante de la ciudad, y eso significa que tenemos un problema. Quizás en vez de descalificarlos, sería más eficaz decir lo que se piensa, a riesgo de quedar como bobo componedor.

Y lo que pienso, con perdón, es que es terriblemente absurdo el argumento de la reciprocidad, según el cual, "mientras ellos no nos dejen ser cristianos en sus países, aquí tienen que recibir la misma medicina". Llevo una década al menos oyendo este "argumento", que me indigna. Aquí, en Europa y en España, vamos por delante, y sabemos que no puede haber una religión oficial, y que los ciudadanos "de aquí" pueden profesar la religión que quieran (o no profesar ninguna)  y expresarlo en público, y eso es maravilloso. Es un derecho "nuestro", propio de nuestra manera de ser, vigente en todo nuestro territorio, y el hecho de que "allí" sean intolerantes no puede hacernos a nosotros más feos. Naturalmente que los inmigrantes deben someterse a nuestra Constitución, a nuestro sistema y a nuestras leyes cuando vienen a España: una de esas leyes es la libertad religiosa.

Y lo que pienso es que la tolerancia no equivale a indiferencia, y menos aún a debilidad, sino que es un grado superior del espíritu, capaz de renunciar al totalitarismo ideológico, que es cosa de primates. Y que la barrera de incomunicación intelectual entre cristianismo e islamismo no es el fruto de la integridad en la defensa de un pensamiento o de una fe, sino una estúpida carcasa que hace a quien la viste, a uno y otro lado, más pequeñito. No se trata, por favor,  de decir que todo da igual ni de renunciar a lo propio para no chocar con lo ajeno: se puede ser combativo en la defensa de una "civilización", incluso se debe, pero a mí no se me ocurre mejor escenario para esa defensa que el de la intemperie, es decir, la neutralidad religiosa de los poderes públicos. Al fin y al cabo lo que llamamos civilización cristiana, por fortuna, puede presumir de haber evolucionado históricamente de manera que ha sabido provocar una organización laica de la sociedad, y en esto la civilización musulmana tiene mucho que mejorar. ¿Vamos a dar marcha atrás en esto?

Y lo que pienso es que nada malo traería conocer un poquito mejor el Islam, y que desde los sectores más sanos de lo religioso incesantemente se está intentando un diálogo que no tiene nada que ver con el postureo piadoso, sino que resulta de la convicción de que la verdad es tan huidiza que no puede renunciarse a ninguno de sus atisbos.

Y lo que pienso es que ninguna estrategia más eficaz habrá para luchar contra los excesos fundamentalistas del Islam que la que provenga de tantos millones de musulmanes que tienen tan claro como usted y como yo que la violencia en nombre de Dios-Alá es la mayor aberración.

El año pasado me invitaron a celebrar la ruptura del ayuno del Ramadán en casa de dos amigos. Ella es cristiana comprometida y cordobesa, él es musulmán practicante y egipcio. Están casados desde hace muchos años, ambos trabajan como profesores en la Universidad de Granada, tienen una hija a la que han educado sin conflicto. Cuando recibí el primer mensaje de WhatsApp llamando a la reacción ante esa intolerable provocación, pensé en ellos, y me dije que prefiero inconmensurablemente esa mixtura a los rosarios de desagravio envueltos en mi bandera. Por una vez, aplaudo con entusiasmo al Arzobispo de Granada, que ha sabido ponerse a la altura.

 

 

 

3 Respuestas

  1. Miguel tu reflexsión cuasi religiosa me da pie a transcribirdeté uno de los discursos que puedes soir en una de las máquynas tragaperras que hay en el Bar del Congreso de los Diputados:

    “ Estoy de acuerdo compañero: la obsecasión obsesiva por la igualdad en la diversidá es retroalimentisia compañeros, primero hay que autodefinirse y luego preponderar el rasosinio frente a criterios sigualitarienses poco estrusturados, porque,en caso contrario, compañeros si compañeras, el argumentario lineal , el dialectismo wikipedia vikipe viki ( esha un euro ) vikipediano compañero estimula el sircunloquio banal, el tópico, la ejemplificasión ultraista compañeros si compañeras, y entonses todo confluye en un sírculo visioso inmotivado que insta a la algarabía campamental y a la irreflexi irreflex irre (esha dos euros sen la ranura ) irreflexión compañeros si compañeras y entonses tú, que eres sujeto astivo de dereshos y obligasiones duramente conquistados compañeros tanto en guerras siviles como en transisiones pactistas compañeros si compañeras tú debes sentrarte y esigir sin la menor duda que la clase política haga un pacto más duradero sobre la corrupsi corrup corr (esha tres seuros ) corrupsión , situándola en el 3% universal y ni un duro más compañeros si compañeras, y entonses las virtudes religiosas compañeros prevaleserán sobre la pura infamia económica compañeros, la religión adquirirá su preponderansia sobre la lujuría economi econó eco I(esha cuatro euros ) económica y una moral elevada nos hará más felises, sin duda alguna.”

    Salud Miguel.

    Tuya que lo es, Conshi.

  2. Que el poco lúcido arzobispo neocatecumenal de Granada haya salido en defensa de la Virgen desautorizando a los parroquianos en favor de musulmanes, no es asunto menor ya que revela que la inquietud del “cuerpo de Cristo” debió tener una magnitud importante.

    Debo confesar que Granada me sorprende incluso dentro de la distopica ideosincracia dispersa de la población andaluza en general.

    Con frecuencia me encuentro en Granada con fuertes erupciones volcánicas del ruralismo de la dictadura. Una especie de halitosis cultural crónica propia de territorios secularmente aislados donde las emociones ancestrales renuevan continuamente su propia inercia conservadora.

    Lo veo con frecuencia en ambientes universitarios, en el ICAGR, y en tertulias cafeteras; de ahí la importancia que le doy a tus textos transgresores de ese contexto irracional de inmovilismo intelectual.

    Curiosamente la Granada que tu artículo describe es todavía la antítesis de la Granada de los valores que invoca su mártir más poético García Lorca y muestra cuan vivos están todavía los valores irracionales de la Granada que lo fusiló

    Hechos que muestran con toda su crudeza el fracaso cultural de la transición y del felipismo adaptativo a la praxis del éxito economicista.

    A mi entender el mayor valor que ofrece tu artículo al lector es la visión trascendente de la principal, y más profunda, anomalía de nuestro paradigma cultural –y de pensamiento–, acuñado por sedimentos ancestrales de emociones silvestres.

    Y es en este terreno de reflexión donde las últimas tendencias científicas revelan que nuestras disposiciones morales tienen una base biológica, que son las emociones, y que están estrechamente ligadas a la motivación.

    Las últimas novedades de la neurociencia no solo vienen a reforzar la observación de Maquiavelo cuando recordaba al príncipe que «todos ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres», sino que además se alinean, junto a Nietzsche y Mounier postulando que “saber movilizar las emociones es la clave del éxito.”

    Por ello surte efecto la llamada emocional del arzobispo a sus parroquianos resaltando que ningún rezo a divinidad secundaria alguna, por diferente que esta sea, puede ser considerado como agravio a la divinidad titular.

    Sin embargo al no tener fundamento racional alguno, la clave del éxito de la lógica neocatecumenal del arzobispo de Granada reside en el simple hecho de que solo tranquiliza a los parroquianos irracionales apaciguando sus diatribas emocionales, pero no les mueve un milímetro de su propia irracionalidad crónica.

    Todo lo contrario; Los 200 y la bandera habrán obtenido la bendición del arzobispo por tan exitosa manifestación de emociones cristianas en plaza pública poniendo a cavilar a musulmanes debilitados de nutrientes por el Ramadán.

    El complemento perfecto para la Feria del Corpus de Granada.!!!

    Menuda catarsis festiva!!!!

    El problema de la izquierda española es precisamente que no ha sabido construir una reforma cultural que favorezca la ilustración racionalista por encima de la lógica cultural de las emociones conservadoras ancestrales.

    Mientras eso no ocurra la irracionalidad será el fantasma vivo de la desgracia española.

    Un saludo

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