¿Por qué no un presidente independiente?

Si algunos estaban esperando el vértigo de los últimos días para proponer una salida a esta legislatura que evite el enorme fracaso de una nueva convocatoria electoral, ya estaría llegando su momento.
 
Puede ser el caso de Rajoy, callado astuta (y creo que inteligentemente) hasta ahora, que podría proponer un gobierno transaccional acorde con el mayoritario rechazo a la continuidad de un gobierno como el de la anterior legislatura (digo rechazo mayoritario porque, salvo los votantes del PP, todos los demás votaron a partidos que propugnaban cambios y rectificaciones), pero que integrase al PP con el protagonismo que le corresponde como fuerza más votada. Ciudadanos, sin duda, estaría de acuerdo, aunque reivindicara en ese escenario la aplicación, en lo sustancial, de sus 200 medidas pactadas con el PSOE. En cuanto al PSOE, habría muchas más reticencias, pero todo indica que un sector (influyente) del mismo estaría de acuerdo, a condición de victorias simbólicas como quizás un paso atrás de Rajoy.
 
Hay otra posibilidad que hasta ahora no ha sido enunciada, y que probablemente sería mejor que la alternativa de la repetición de elecciones: la disolución del pacto PSOE/C's (o al menos de la parte del mismo rechazada más abiertamente por Podemos) y la proposición de un Presidente distinto a Sánchez, capaz de ser apoyado por PSOE, Ciudadanos y Podemos, circunscrito a un ámbito de actuaciones concretas de gobierno, que dejase la iniciativa legislativa al ámbito parlamentario, donde pudiesen jugar mayorías variables. No sería una solución "perfecta" para ninguna fuerza política, todas perderían algo, pero se daría un contenido posible a un resultado electoral que reflejó la voluntad del pueblo.
 
En nada se parece esta posibilidad a la recurrente y machacona postura de Sánchez de obtener la investidura sobre la base de un maridaje estrecho con Ciudadanos que, como tan fácilmente se comprende si no se está contaminado por demasiada lectura de la prensa, no puede exigirse razonablemente a Podemos. No se trataría de la adhesión de Podemos a un gobierno de PSOE y Ciudadanos, sino de una fórmula verdaderamente transversal de compromiso que al menos permitiría, en una legislatura corta, rectificaciones y avances que sí suscitan un consenso verdaderamente mayoritario.
 
Es muy probable que el principal escollo de esta propuesta fuese Ciudadanos, quien siempre ha dicho que prefiere al PP dentro del pacto. Su negativa sería legítima, pero no decisiva: los 40 diputados de C's, sumados a los del PP, no serían suficientes para frustrar la investidura.

En cuanto a Pedro Sánchez, reconozco que no es su futuro político lo que más me preocupa al contemplar esta posibilidad. Si los 123 diputados de Rajoy no son suficientes para defender su continuidad como presidente, los 90 del PSOE no son ningún argumento para imponer a un presidente que no ha sido capaz de hacerse desear.

1 Respuesta

  1. Hasta que punto vemos ya corrompidas las estructuras de los partidos que el ser independiente juega como punto.

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