Elogio del veto.

Dice Sáenz de Santamaría que deben negociarse los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional "sin vetos ni bloqueos". Traducción: tú pones los que tú quieras, y yo los que yo quiera, y votamos a todos por "consenso". Justo lo contrario de lo que la ley quiere, al exigir una amplia mayoría parlamentaria: lo que se pretende al exigir el voto favorable de 2/3 del Congreso o del Senado es que los candidatos sean de reconocido prestigio y ecuanimidad, de manera que no susciten el rechazo de más de un tercio de la cámara. Pero el sistema de "cuotas" (dos para PP, dos para PSOE, quizás uno para CiU/PNV y todos tan contentos...) lo pervierte todo, y desplaza la decisión desde el Parlamento hacia Génova y Ferraz.
El Tribunal Constitucional es demasiado importante como para repartírselo en pedazos. El sistema de designación parlamentaria de buena parte de sus magistrados es irreprochable, pero se adultera con los apaños entre los grandes partidos, siempre tan peleados entre sí, siempre con intereses tan coincidentes.
 

2 Respuestas

  1. Son sordos y ciegos al espíritu de la indignación.

    saludos.

  2. Te informo por si es de tu interés, que como palabra de verificación me ha salido "facha". :¬|

Deja tu comentario

Los comentarios dan vida al texto y lo pone en movimiento.