De ambulancias, discapacitados y privilegios

Todavía hay dos consensos claros entre nosotros.
 
Si suena una ambulancia hay que apartarse y dejarle pasar, digan lo que diga los semáforos y las demás señales de tráfico, y sin cerciorarnos de si la alarma está justificada o se abusa de ella: merece la pena.
 
Si sólo está libre la plaza de aparcamiento reservada para personas discapacitadas, hay que seguir buscando, porque no se puede aparcar ahí, aunque tengamos la impresión de que en varios días sólo se utiliza un ratito: merece la pena.
 
Alguien será capaz de demostrar que las plazas reservadas para discapacitados son ineficientes porque distorsionan con demarcaciones rígidas, multas  y nichos proteccionistas la fluidez del mercado del aparcamiento. La tesis será sesuda, tendrá cifras y gráficos, y en las conclusiones se propondrán alternativas que ponderarán más eficazmente los intereses en presencia en un contexto de escasez de recursos para estacionamiento. El problema de esta tesis estará en sus premisas: porque partirá de la base equivocada de que una persona normal experimenta más satisfacción o utilidad en estacionar cuanto antes que en contribuir a que el verdaderamente discapacitado encuentre aparcamiento a la primera, aunque sea una vez por mes.
 
El Derecho está lleno de normas similares a las plazas de aparcamiento reservadas para discapacitados. Preceptos y medidas que favorecen singularmente a unos y limitan la libertad de acción de otros. Penas, multas, sanciones que blindan espacios protegidos, derechos de minorías, baluartes . La historia nos enseña que los recursos y las políticas destinadas a la solidaridad tienen que ser certeras, para que su prestigio y legitimidad no decaiga en tiempos de crisis. Habrá que vigilar el cumplimiento de las intruccines para activar o no la sirena de las ambulancias, habrá que establecer con cuidado los criterios para otorgar licencia de aparcamiento en plazas reservadas, pero por favor, no esgriman la escasez ni la eficencia para acabar con los privilegios de ambulancias y discapacitados. Estoy seguro de que me entienden.

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