“La juventud”, P. Sorrentino

 

(Pinchar y escuchar mientras se lee)
Puede ser la música, puede ser la fotografía, puede ser ese barroquismo de detalles,  ese hilo caprichoso que junta las escenas más como un mosaico visual que como un relato, puede ser Michael Caine. Puede ser su hija, o la voluptosidad del hotel de descanso, el esperpento de Maradona, la mirada larga hacia el pasado y el esmero por dar un sentido a la brizna de existencia que les queda a los protagonistas por medio de un sentimientimages28329o estético que acaba desembocando en puro sentimiento arrojado al vacío.
Puede ser el actor joven que descubre que es más interesante el deseo que el horror, puede ser el viejo director gastando sus últimos recursos creativos, pueden ser los diálogos tan desiguales (la vejez y la juventud, el refinamiento y la ignorancia, la belleza y la decrepitud), o el único recuerdo nítido de Mick (cuando aprendió a motar en bicicleta, o quizás cuando paseó de la mano con aquella chica). Puede ser esa primera y deliciosa canción pop con que se abre la película, o la "canción sencilla" para soprano con que se cierra. Puede ser todo mezclado, en un menú diseñado para paladear, y no para tragar. Una película para escuchar, una sinfonía para mirar.
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3 Respuestas

  1. Anónimo

    Fotografía y música muy bien mezclados, pero "La gran belleza" le dejó el listón muy alto: nada como el aire de las noches de verano en un ático romano

  2. Es cierto.

  3. Puede ser una mezcla explosiva de todo.Me ha encantado!

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