Hipótesis sobre RNE

El Estudio General de Medios confirma e intensifica el hundimiento de la audiencia de Radio Nacional de España. No es un hundimiento tenue y progresivo, fruto de tendencias pertinaces o signos de los tiempos: se trata de una caída libre exactamente coincidente con el cambio de dirección y el despido de los comunicadores que habían llevado, hasta el pasado año, a cotas de audiencia dignísimas: Toni Garrido y Lucas. Yo mismo he sido expulsado de RNE hacia cadenas privadas
Caben dos posibilidades:
a) Aparentemente, se trata de un fracaso en toda regla: se intervino desde el Gobierno en RNE (previo cambio de las reglas sobre designación de director de RTVE para eludir la necesidad de consenso parlamentario), y no fue para mejorar su calidad, sino para controlar sus informativos y sus programas de opinión, lo que ha comportado una fortísima pérdida de confianza (¡un 30%!) y un abandono en tan solo un año. Parece claro que, entonces, procederían una rectificación y algunas dimisiones.
b) O, por el contrario, ha sido el cumplimiento calculado de objetivos nunca confesados. Porque, quién sabe, quizás lo que se pretendía era rebajar a mínimos la audiencia de RNE para acabar concluyendo que España no puede permitirse el lujo de una radio pública cara que nadie oye. Es decir, que estábamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Otro recorte.

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