Cuatro historias injustas

Si te dicen: "en Camerún persiguen y encarcelan a los homosexuales" tu respuesta está precocinada: eso está mal, así fue en España hace no demasiadas décadas, etc. Pero rápidamente pasas a otro asunto. Disientes, opinas, pero no sufres.
Si ves los enlaces que me ha pasado un buen amigo que está destinado en el Servicio Exterior de la UE en Camerún, sobre historias personales de homosexuales marginados, perseguidos y encarcelados (cinco minutos cada historia), brota el sentimiento más humano: la compasión. Y, al tiempo, comprendes que merecen los pena los esfuerzos que por acá y por allá, institucionalmente o no, de manera dispersa, sin resultados visibles inmediatos, se acometen para apoyar el frente de los derechos humanos en las mil y una batallas que nunca se ganan ni se pierden del todo. Sobre todo si hay personas concretas que se sienten acompañadas.
Nada tiene esto que ver con debates ideológicos, semánticos o legales. Se trata de compadecerse de cuatro personas. Contaron su historia frente a una cámara para que nosotros la oyéramos.
 

Los enlaces son estos:

http://www.youtube.com/watch?v=weVurU9Uhmk

http://www.youtube.com/watch?v=l7Yo_-Uy2zM

http://www.youtube.com/watch?v=A2KiRG0D3jE

http://www.youtube.com/watch?v=xThtJIj9jCY

2 Respuestas

  1. De poco sirve la compasión. Romper tabúes, derrumbar muros sin desplomarse. Observemos la naturaleza, dicen que es sabia… "Rien de nouveau sous le soleil". En cambio, el consumo de bebidas que combinan machismo y dogmas es muy peligroso.

  2. Son cuatro historias terribles en la soledad que encierran. Y las cuatro reúnen una cualidad, todas se merecen un final feliz. Pero para ello es necesario que todo un país consiga cambiar. En otras sociedades por suerte ya se ha conseguido y nos miran con esperanza. Son hechos como estos los que nos hacen darnos cuenta de que pese a nuestro estancamiento algo hemos avanzado y que aún hay mucho por cambiar.
    Saludos

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