Varios tonos de euforia y un contrapunto de tristeza

Nada más lógico que la abierta alegría de Rajoy y de los suyos: han conseguido la confianza de tantísimos españoles, a tanta diferencia de todos los demás. Tienen unos años por delante para hacer política, para aprobar las leyes sin necesidad de enmiendas transaccionales, para redactar presupuestos sin concesiones particulares exigidas por quienes tienen los votos necesarios para ser aprobados. Enhorabuena a Mariano Rajoy y a sus asesores más íntimos, porque ha podido imponer su línea de "moderación" frente a otras corrientes de su partido (jaleados por los medios de comunicación de derechas) que hace cuatro años quisieron dejarlo en la cuneta por blando e inútil. No me gustan las mayorías absolutas, pero si no hay más remedio, prefiero ponerla en manos de gente como Rajoy que en manos de gente como su antecesor en el liderazgo de su partido.
Explicable, pero no muy lógica, la alegría desbordada en la sede de IU, y no digamos en la de UPyD. Han conseguido votos de los cascotes del PSOE, pero sus escaños valen mucho menos que los que tenían hasta ahora (2 IU y 1 UPyD), porque hay mayoría absoluta y no podrán condicionar la política ni mucho ni poco, ni con el PSOE ni contra él. Claro, que su batalla era otra.
Imaginable la euforia de Amaiur (Batasuna). Ojalá significase que sus votantes han ovacionado la decisión de dejar las armas.
Nada más lógico que la tristeza en Ferraz: han perdido la confianza de casi cuatro millones de españoles que hace unos pocos años les votaron, y se ven ante el abismo de perder la condición de partido de gobierno. Casi sesenta escaños menos. Peor que en el 2000. Sólo les queda el consuelo de que apenas tienen cargos que conservar (los de Andalucía caducan en unos meses), lo que los hará más libres para renovar equipos y proponer políticas verdaderamente nuevas. Está claro que el aparato (central y, sobre todo, los aparatos provinciales) debe caer con tanto estrépito como ha caído el voto, dejando espacio a otros que tengan más futuro que pasado. Gente que conciba la política como una tarea, y no como un puesto. Es su momento. Debería serlo.

1 Respuesta

  1. Está claro que el país atraviesa un momento penoso en estos momentos y que se necesita comenzar a hacer las cosas de otra manera. La ciudadanía de a pie está muy quemada con todo lo pasado, esperemos que a partir de ya mismo se comience a remontar.
    Y que las buenas intenciones no se pierdan por el camino de la absoluta mayoría.
    Saludos

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