Un pacto llamado España.

La construcción de un pueblo soberano es el resultado de un complejísimo conjunto de factores geográficos, históricos, bélicos y políticos que conforma una unión de "pueblos" más pequeños (el título preliminar de la CE habla de "pueblos de España") que, en un momento dado, trasciende de esos factores y "se constituye" en Estado. Esa entidad política estatal no está escrita en los cielos ni en la tierra, no es un apriorismo, sino un resultado, y nada hay que nos obligue a pensar que deba tratarse de algo irreversible. España, tal y como la conocemos ahora, no es irreversible. Pero, como resulta de un pacto (constitucional y solemne), y no de una imposición manu militari, la posibilidad de revertir esa unión debería tener ciertas condiciones exigentes, por una razón nada caprichosa, que consiste en que durante mucho tiempo se han tomado gran variedad de decisiones en consideración a ese pacto que se constituyó en "suelo" sobre el que edificar políticas, y que habrían sido diferentes de no existir dicho pacto: me refiero a inversiones, solidaridad recíproca, empeños comunes, migraciones, legislación, compromisos en política exterior, etc.). Esto no es cualquier cosa. La historia puede dar argumentos para considerar o no "nación" a un territorio o al conjunto de varios territorios, pero la historia no puede estar por encima de los pactos políticos. El constitucionalismo es una forma de organización política superior al nacionalismo, porque se asienta en un compromiso, y no en afectos, leyendas o recuerdos. Esto es lo que justifica la "resistencia" a una independencia basada en la desafección de una generación, o en "un voto más" (es decir, basada en el argumento "democrático" pero no "constitucional" de los independentistas de hoy).

Lo que ocurre es que en esa construcción política que fue la España de 1978, cargada de inercias históricas pero con vocación de inaugurar un futuro, no establecimos las condiciones para la división, y no lo hicimos porque la indisolubilidad de España fue una especie de moneda que se pagó a cambio de la autonomía política. Esto es lo que hace que  una parte de ciudadanos (no sé cuántos) se sientan atrapados en un pacto sin salida, del que, entonces, quieren desligarse simplemente diciendo adiós a través de un referéndum simplón y lleno de atajos. Ese es el problema. Yo creo que la Constitución (es decir, todo el pueblo español) debería regular un procedimiento para la secesión, y establecer en qué condiciones (exigentes) una parte del pueblo puede desligarse del conjunto. Mientras los unionistas y los independentistas no entiendan esto, no vamos a ninguna parte. O peor: vamos a una continua retroalimentación entre unionistas e independentistas, que nos está suponiendo un gasto enorme de energía y de recursos, y nos impide vivir en un país normalizado. Lo sé, otros países tampoco tienen "cláusula de disolución", y viven normalizadamente. Pero el argumento no me vale. Aquí es evidente que, por desgracia, por políticas educativas (dicen unos), por agravios históricos (dicen otros), por errores identitarios, por lo que sea,  tenemos un problema, y la solución no puede ser negarlo.

¿Cómo traducir esto para la situación actual? Es casi un ejercicio de lógica: la Generalitat debe desconvocar cuanto antes este absurdo referéndum y abandonar la vía de la declaración unilateral de independencia, que no es sino un "incumplimiento" a la brava del pacto constitucional; y, con tiempo, sin prisas (para que no nazca una criatura con rabo), con altura de miras, y por tanto, seguramente, con otros líderes políticos más parecidos a los del 78, el conjunto de España ha de comprometerse a establecer las condiciones razonables para una eventual segregación por vía constitucional de un territorio (que habrían de exigir una mayoría inequívoca -holgada- y homogénea -en todo ese territorio-, una limitación de intentos en el tiempo, y un mecanismo supervisado de "liquidación de cuentas"). Si la Generalitat persiste, el Estado debe utilizar sus medios para impedirlo. Si el Estado no abre ninguna vía, el malestar seguirá ahí, no podremos extrañarnos de reiterados intentos de sedición (?) y seguiremos gastando nuestra energía en agitar banderas de bando.

España no es una esencia, ni un dogma. Pero tampoco es una carcasa aparatosa sin fundamento. Es, nada más y nada menos, un pacto.

25 Respuestas

  1. Queridos casamenteros, marianistas, twuiteranienses, fumadoras todas mias de mi corason y de mis sentrañas:

    La misma oligarquía que durante treinte años ha sostenido una corrupsión del 3% , es la que aliena a parados, clase media, universitarios twuiter sin porvenir claro, jubilados si antisistemáticos catalanes, prometiéndoles una República democrática que se basa en dos hallasgos nasionales: un dialesto propio y el pan con tomate pan com tumaca.

    La venta del produsto de que tu dialesto espesifico te hase superior al sharnego que vive en tu bloque, es sel produsto asqueroso que yeban vendiendo las oligarquias catalanas tressientos saños a las criaturas para que se sientan superiores, y el proglema catalán es que se sienten superiores, valiente gente.

    Si Don Manuel Azaña o mi querido Chavez Nogales levantaran la cabesa y vieran la superposisión de argumentasiones jurídico polítisienses coshambrosas si demagógicas que se están oreando estos dias, pedian el cambio de sementerio. Mis samigas si yo estamos de acuerdo en que si hay algo español en este mundo, es sun un catalán pringao yevándose la candela a Andorra y un catalán tonto pagándole los gastos a la oligarquía de los dos sidiomas. Es queeeeee, vamos vamos vamos.

    Dejadlos ya que organisen otra ves el 3% y vereis como sacaba la Republica.

    Por dios ya es que me enfado ya leshe. España es algo más que una nasión, que un pacto, que un consenso: es una maravillosa bestialidad: Trajano, Maimóides, Cervantes, Dalí, Picasso, Josep Plá, Gaudí, Doña Consha Piquer, mejor que me caye porquesque me pongo de mala leshe.

    Hay que reformar la Constitusión y copiar a alemanes y franceses.: aquí no divide sin sesesiona nadie la nasión. Y yastá leshe.

  2. Es verdad Miguel , y de Góngora y Pinito del Oro.

  3. El mundo académico-intelectual parece sentir una especial obligación de aportar su personal solución a un conflicto al que curiosamente ha contribuido. Un conflicto que desde hace algún tiempo ha mutado, como demuestra la implicación en el mismo de agentes externos de una determinada afiliación, y que nos trasciende incluso a sus protagonistas más o menos directos por la deriva tomada. Es en este contexto cuando aparecen propuestas y/o soluciones que no solamente son erróneas en sus fundamentos, sino que terminan alimentando el propio conflicto. Esta que tenemos aquí es una de ellas. Me explico.

    El Sr. Pasquau propone una cosa que, reconoce, no existe en otros países, y acto seguido destroza siglos de construcción constitucional y, por qué no decirlo, también siglos de construcción nacional.

    No quiero extenderme demasiado, me limitará a señalar en primer lugar que la afirmación “EL CONSTITUCIONALISMO ES UNA FORMA DE ORGANIZACIÓN POLÍTICA SUPERIOR AL NACIONALISMO, PORQUE SE ASIENTA EN UN COMPROMISO, Y NO EN AFECTOS, LEYENDAS O RECUERDOS” es un grave error, gravísimo, y seguramente es suficiente para desacreditar el resto del texto, pues el sistema constitucional no es un pacto ni un contrato, que decía Wilson – que algo de esto sabía – sino un sistema de ordenación y establecimiento de un pueblo. Pensemos, en rigor, en el art. 1.2 CE, no lo sometamos a exorcismo, porque si lo hacemos entonces no merece la pena seguir hablando. Y si esto es así, entonces son los fundamentos reales de un pueblo y no los artificiosos o conyunturales los que guían la conformación y viabilidad de una Constitución, así como su debido respeto, sí, SU DEBIDO RESPETO. Esto lo explica también nuestro García de Enterría. Una Constitución no es, por tanto, un florecimiento caprichoso e insignificante expuesto a las eventuales necesidades o aspiraciones de quienes se apoderan de un nutriente de la convivencia y el sistema como es la política (CLÁUSULA DE AUTODISOLUCIÓN), y de esto en España deberíamos saber algo al menos desde 1812, es decir, desde que los franceses intentaron dejarnos el país hecho trizas. Un texto constitucional no sólo contiene los fundamentos de todo tipo (históricos, culturales, geográficos…) sino que éstos ponen de relieve el principio mismo de una constitución y la convivencia pacífica. En términos “popperianos”, la constitución es la norma que evita la tiranía y, en nuestro caso, los ciclos interminables de cambio político e incluso de sistema, al confundir el texto constitucional con un programa político. Sorprende mucho que el Sr. Pasquau no sea consciente de esto o, incluso peor, pretenda superarlo su cláusula de disolución.

    Alcanzo a intuir que se citará el procedimiento constitucional de acceso a la autonomía como argumento para articular la secesión de un territorio (procedimiento, exigencias, garantías, mayorías cualificadas, etc), pero es evidente que en 1978 se diseña un determinado mecanismo de acceso a la autonomía política y administrativa porque NADIE ponía en tela de juicio la nación. No se puede argumentar algo así para la disolución del pueblo español como poder constituyente, que es obviamente condición previa y condiciona todo lo demás.

    Decir, como se dice, “que en esa construcción política que fue la España de 1978, cargada de inercias históricas pero con vocación de inaugurar un futuro, no establecimos las condiciones para la división, y no lo hicimos porque la indisolubilidad de España fue una especie de moneda que se pagó a cambio de la autonomía política” creo muy sinceramente que es faltar a la verdad. Tal vez se dice porque es necesario apoyarse en una verónica para seguir adelante con el razonamiento. Se entiende que haya que decir algo así para darle cierta consistencia a la conclusión, muy seductora para determinado espectro ideológico del momento, pero insisto, totalmente disparatada desde un punto de visto constitucional como demuestra el hecho de que no exista un solo texto que reconozca algo así. La nación no es una sociedad mercantil donde estatutariamente se incorporan las determinaciones de disolución y liquidación. Y por decirlo de modo más filosófico, encuentro una clave en Franklin, quien enunció aquello de “Con la Constitución evitamos la confusión de los constructores de Babel”. Franklin también sabía algo de esto.

    Como he dicho al principio no quiero extenderme, cierro citando el “mecanismo supervisado de “liquidación de cuentas”, del cual mejor no hablamos. Uno se queda ojiplático cuando lee algo así.

    En definitiva, el error es el de siempre, el de nuestra tradición constitucional, creer que aparentes y ineluctables necesidades de carácter político deben llevarnos a cambiar las normas fundamentales. Y no es eso, no es eso. Una cláusula de disolución de la nación o el poder constituyente de nuestra JOVENCÍSIMA democracia exige un esfuerzo mayor para demostrarnos que, en efecto, el poder constituyente es otro pasados ¡!! CUARENTA AÑOS ¡! y no estamos en presencia de un proceso de corte “fascio”, con todos y cada uno de sus elementos (manipulación, mentira, propaganda, uso indiscriminado del aparato administrativo, etc…) como los conocidos en nuestra Europa en otros momentos históricos Y QUE TENEMOS EL DEBER DE NEUTRALIZAR. A ser posible, Constitución Española en mano.

    • Rufino, en tu comentario encuentro algunas piedras preciosas, pero también bisutería. Una piedra preciosa es reivindicar el fundamento “nacional” de una Constitución, pero bisutería es caricaturizar el argumento que quieres combatir. Y caricatura es confundir el “pacto” que hay debajo de la Constitución (entre “los pueblos de España”) con algo “artificioso”, un “florecimiento caprichoso e insignificante”). Protesto, Rufino. Ni los pactos son una banalidad sin sustancia, ni las constituciones son un precipitado de sustancias. Son (y suponen) un compromiso fundamentado no en una voluntad política cualquiera, ni en un “programa político” (me atribuyes ese enorme error), sino en un pacto “nacional” con vocación de futuro.
      Rufino, la “cláusula de autodisolubilidad”. Mantengo mi opinión (que es muy vieja). No es cierto que el 1.2 no sea una transacción. Claro que lo fue. El derecho de autodeterminación era reivindicación del nacionalismo… y de la izquierda: PCE y PSOE. Casi media España. ¿Era una tontería? Imaginemos que lo fuera. El caso es que no es faltar a la verdad decir que fue así. Nacionalismo e izquierda renunciaron al derecho de autodeterminación (¡no a la independencia, que en efecto era una aspiración muy marginal!) a cambio de la autonomía. Y añado que si hubo una transacción constitucional, eso no le resta valor alguno. Parece que tú fundamentas la indisolubilidad en la naturaleza de las cosas (no sé si en la naturaleza de una constitución, o en la de España ,o en las dos cosas). Yo la fundamento en el valor de los compromisos constitucionales. No vale menos por eso. Las constituciones no son programas políticos, sino límites a la tiranía… Y a las mayorías coyunturales. Creo que en esto sí estamos de acuerdo. En lo que no lo estamos es en que no pueda ser de otra manera, y que por tanto las reivindicaciones nacionalistas (que yo preferirían que no existieran, pero existen, particularmente en España) sólo tengan el camino de la sedición. Eso significa renunciar a abordar constitucionalmente un problema político real de importancia, y dejarlo a las vías de hecho.
      Concluyo diciendo que tu comentario es un buen contrapunto y te lo agradezco, pero quería quitarle la bisutería.

    • Sr. Pasquau. Yo también protesto ante la evidente ofensiva contra el art. 1.2 (La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado) porque, mirando por el retrovisor de nuestra historia y tradición constitucional, observando también las jaurías que hoy se reúnen en nuestras cámaras, considero su propuesta un plan enemigo para nuestras libertades. Perdone la acusación. Las circunstancias políticas que se alegan para una reforma constitucional son las mismas circunstancia políticas que llenan de razón a cualquier otra persona para reivindicar el cumplimiento y observancia de nuestra Constitución. ¿Por qué una propuesta basada sobre las mismas circunstancias políticas debería tener más aceptación que la contraria?

      Entiendo que todos los esfuerzos de los más poderosos emperadores de Roma fueron insuficientes para mantener unido el imperio, como fueron en vano los esfuerzos de grandes y buenos hombres del siglo XX para evitar los desastres de las manifestaciones de sugestión colectiva y de sentimiento que aquí brotaron. La última, por cierto, muy reciente. Me niego por tanto a comprarle la mercancía por considerarla un estímulo para quienes han convertido el teórico derecho a decidir de los pueblos en el derecho de los dirigentes a decidir sobre los pueblos y, si me lo permite, confundir una Constitución con un programa político. Hoy, sin ir más lejos, la reforma constitucional es el único punto programático visible e identificable de uno de los principales partidos del país. ¿De verdad no le inquieta? A mí me inquieta, y mucho.

      Así las cosas, más allá de la bisutería que le parezca a usted o a mí en función de nuestro conocimiento y experiencia, como no puedo aceptar que este proceso destructivo tengan bases democráticas ni fundamentos reales, no me queda más remedio que decirle que en la usurpación del gobierno y las reglas constitucionales intentando conseguir en las calles lo que no se logra en las instituciones mediante mayorías y procedimientos establecidos, al final sólo vislumbro una reformulación del viejo Robespierre o del posterior Napoleón. Es nuestra obligación evitarlo, a ser posible, abrazados a la Constitución. Pobrecilla.

      Saludos

      • Rufino, ¿no se da usted cuenta de cómo ha cambiado el sentido de sus argumentos? Ya no se trata de que no se “pueda” reformar la constitución en el sentido de habilitar un procedimiento razonable y exigente de autodeterminación, sino de que usted no está a favor. Y a eso tiene todo el derecho del mundo. Y a dar argumentos contra esa reforma, como los que da. Es más: en eso, usted está con la más que previsible mayoría. Pero le sigue sobrando (rectius: “me” sigue sobrando) la caricaturización de la tesis contraria. ¿No se da cuenta de que mis argumentos, lejos de defender que se pueda conseguir en las calles lo que no se logra en las instituciones, consiste justamente en lo contrario? Lo que estoy diciendo es que sólo debería poder conseguirse en las instituciones y a través de procedimientos de “democracia reglada”, porque una reforma constitucional se hace en las instituciones, y no en la calle, y si es difícil conseguirlo (tesis indepe), pues qué le vamos a hacer, también es difícil subir el salario mínimo interprofesional a niveles dignos, y mucha gente vive resignada con bajo salario y en democracia. Y si yo añado que preferiría que mi constitución contemplara la posibilidad de autodeterminación (para regularla, y por tanto para limitarla a situaciones concebidas por el soberano -pueblo español- como inevitable), aduciendo como uno de los argumentos que eso pudiera normalizar mi país de tensiones nacionalistas “latentes”, “insidiosas” e ineficientes energéticamente, pues también estoy en mi derecho. Como lo está cualquier partido para auspiciar un nuevo proceso constituyente, empujando con los medios legales que tenga a su alcance. Le propongo en que lo dejemos así: usted no está de acuerdo, por razones de fondo, en que se introduzca un derecho de autodeterminación en la constitución española en absolutamente ningún caso, pero si una mayoría política lo introdujese a través de una reforma (votada por todos), no tendría más remedio que resignarse y protestar; del mismo modo que yo sí soy partidario de que se regule, en los términos que he apuntado (mayoría inequívoca, homogénea, constatada a través de un procedimiento con todas las garantías), pero si no se lleva a cabo esa reforma entiendo que la sedición debe reprimirse (sin dejar de abrazar la constitución).

        • No me haga trampa, Sr. Pasquau. Es más que evidente que usted está en su perfecto derecho de proponer ese derecho de autodeterminación o cláusula de disolución como si la nación fuera una entidad mercantil, anónima o limitada, y claro que lo propone de manera reglada y en el seno de las instituciones, sólo faltaba, otro cosa le precipitaría hacia otras posiciones que no le agradarían. Lo que me pregunto es si esto lo proponía, por ejemplo, en 1988 ó 1992. Esta es la cuestión para no dispersarnos ni confundirnos. He aquí lo verdaderamente importante, como he citado más arriba.

          Es igualmente evidente que yo estoy en mi derecho de defender las bases y fundamentos del Estado constitucional y también de advertir sobre los riesgos y enemigos del sistema, consciente de que en última instancia aparecerán abogados ante nosotros mismos de posiciones favorables a quienes no aspiran sino a destruirlo.

          Saludos

          • Sí, Rufino, lo defendía en mis conversaciones en los tiempos en que el problema era Euskadi y no Cataluña: hace ya mucho tiempo. Antes de que en Quebec se realizara el referéndum de autodeterminación de 1995. No eran reflexiones por generación espontánea, sino derivadas de conversaciones con amigos. Recuerdo cuál fue la primera vez que me lo planteé: conversaba con una amiga francesa (nada implicada en el tema), charlábamos sobre el “tema vasco”, y ella me dijo que no encontraba ninguna razón por la que si fuera verdad que una región quisiera muy mayoritariamente constituirse en Estado (obviamente separándose del anterior) no tuviera ninguna vía de hacerlo más que la guerra o el terrorismo.
            “Como si la nación fuera una entidad mercantil, anónima o limitada”. Protesto, otra vez. Caricatura. Trampa.
            Saludos.

  4. Queridos conterlulios:

    Lo primero que tiene que tener una nasión es sun poeta que describa sus sentrañas. Cataluña no lo ha tenido nunca, porque no es suna nasión.

    Os voy a reprodusir , por si no lo conoseis, lo que mi querida Marguerite Yourcenar dise de la nasión andalusa. Andalusía sí que es una nasión, y nadie ha escrito palabras más bellas sobre ella que éstas:

    “ Y empezamos a comprender lo que nos conmueve de ese pais, y que a veces nos sobrecoge: el contacto directo con la realidad, el peso bruto del objeto, la emoción o la sensación fuerte y simple, antigua y siempre nueva, dura y dulce como la cáscara o como la pulpa de un fruto. Esta tierra tan encomiada se halla maravillosamente virgen de artificios literarios; ni siquiera le afecta el amaneramiento de algunos de sus poetas. Este suelo del que brotaron tantas obras de arte no lo sentimos, de entrada, como ocurre con Italia, patria privilegiada de lqs artes, pero la vida late en él como la sangre en una arteria. Pocas regiones ha habido que fueran tan arrasadas como ésta por el furor de las guerras de religión, de razas y de clases; si soportamos el recuerdo de tantos furores imperdonables es porque aparecen aquí más desnudos, más espontáneos y menos hipócritas que en otros lugares, casi inocentes en su reconocimiento del placer quie toma el hombre en hacer daño a otro hombre. No existe un pais más dominado por una religión poderosa que favorece a menudo la gazmoñería y la intolerancia, pero tampoco existe un pais en donde se sienta más que en éste, bajo el brocado de las devociones o bajo la piedra de los dogmas, brotar el fervor humano; no hay pais más sojuzgado que éste, pero tampoco más libre, con esa rudimentaria y suprema libertad hecha de desprendimiento , de pobreza, de indiferencia , de amor a la vida y de desprecio a la muerte. “

    ( Marguerite Yourcenar. “El Tiempo, gran escultor “. Alfaguara ).

    Cuando leí la sensasión que describe Marguerite como “el peso bruto del objeto” y la conclusión de libertad y amor a la vida, me dije a mi misma: Conshi, Marguerite, en la mesilla de noshe siempre.

  5. En un mensaje publicado en las últimas horas en su blog We The People, dedicado a recoger peticiones populares,la Casa Blanca se ha pronunciado sobre las solicitudes de secesión de Texas, Florida, Luisiana, Georgia, Tennessee, Alabama, Carolina del Norte y Carolina del Sur. “Nuestros padres fundadores establecieron la Constitución de Estados Unidos ‘para formar una unión más perfecta’ a través del duro y frustrante pero necesario trabajo del autogobierno”, explica en su respuesta el Director de la Oficina de Comunicaciones de la Casa Blanca, Jon Carson. “En ese documento, consagraron el derecho a cambiar nuestro Gobierno nacional a través del poder de la papeleta electoral. Pero no proporcionaron el derecho a abandonarlo”, añade.
    Naturalmente esto tiene una única explicación sin esa unión perpetua y firme no serian posibles los fundamentos de una constitución.
    Puedes mirarlo en tres o cuatro días en mi web bajo el titulo porque no nos gustan estos ni sus conshis II’es un análisis biológico y estructural

  6. hola, señor Miguel Pasquau, me refiero al su artículo referente a la eliminación o casi a la eliminación, del Impuesto de Sociedad de Andalucía, antes de hablar de un tema, informese, podemos debatir muchisimo, lo que no sabes, es que un local comercial que cuesta en el mercado 80 mil euros, la Junta de Andalucía, lo tasa al efecto del Impuesto en 300 mil euros… podemos seguir así, así somos todos millonarios, pero realmente, la realidad es otra, ante de decir algo, según veo que ni lo conozco, pareces como Telecinco, metase en esos programas que es lo que va, y dejese de decir estupideses

    un saludo

    • Con lo fácil que es disentir sin ofender…
      Un asesor fiscal sabrá explicarle qué hacer si la Administración tasa en 300.000 un bien cuando el contribuyente cree que su valor real es 80.000.

      • El juez es de una larga tradición de izquierda,que opina que el autogobierno y la propiedad ajena deben pasar por las manos de ellos.
        Naturalmente eso desde la no izquierda auto determinación familiar lo llamamos mutación legal parasitaria.Los grupos familiares no necesitamos asociaciones profesionales que nos digan que hacer .”Políticos” profesionales, ni jueces profesionales. Con constitución y ley nos basta

        • En humanos el patrimonio familiar solo da cuentas a la familia. Y naturalmente reunirse las familias para hacer lo que les antoje un hecho,solo limitado por la ley y constitución.

  7. Por alguna casualidad he terminado esta noche entrando en este blog, y leyendo el artículo “Un pacto llamado España”. He de reconocer que no entiendo cómo he podido aguantar su lectura hasta el final. En mi humilde opinión, un infumable panegírico de tintes academicistas de algo impensable en la constitución de un estado moderno. Intentar prever una cláusula de salida de un territorio, dentro de un país, en la propia Constitución de ese país, no existe en derecho comparado del primer mundo, que yo sepa o conozca. Pues eso, un invento. Contemplarlo en los inicios de la Democracia, es de ciencia ficción, contemplarlo en los 90 una ensoñación. Contemplarlo ahora, una panacea, claro, una vez que todos, desde todos los partidos políticos y gracias a la Ley D´Hont, han estado elevando hasta el infinito la enfermedad del enfermo, y donde ahora, el enfermo, quiere hacernos creer, que la obligación del galeno es la de darle la solución que é quiere, porque además no hay otra posible. De locos. Creo igualmente que los comentarios que se hacen respetuosamente en los blogs, requieren también respuestas respetuosas. He estado leyendo las intervenciones de algunos lectores, sobre este artículo, magnífica la del Sr.Rufino, pero claro, empezar calificando sus argumentos de “bisutería”, pues delatan la personalidad del contertulio o cual efecto en él ha creado el comentario en cuestión. Y el uso por parte del otro de símiles como “SA” o “SL” no dejan de ser eso, símiles, que nos guste o no pueden ser encuadrables en el supuesto de hecho, aunque suenen a trampa. Enhorabuena, en este caso, porque el turno de palabra y réplica ha aportado más que el artículo en sí. Saludos.

    • Pablo Antonio, tengo la impresión (o eso me gustaría creer) que Rufino no ha considerado irrespetuosas mis respuestas a sus comentarios a mi “infumable panegírico de tintes academicistas”. Las de Rufino, las mías, y las suyas, son maneras más que normales de debatir con cierta pasión (¿por qué no?) sobre un asunto complejo.
      Saludos.

      • Este hilo se ha desencaminado. Por reconducirlo y ya me despido. Procuro ser breve.

        Curioso estar ya en los ochenta y principios de los noventa reflexionando sobre la secesión de una parte sobre el todo, encomendándose a un procedimiento y alterando el poder constituyente. Con la CE recién salida del horno, con mayorías electorales aplastantes del PSOE en Madrid y provincias, con gobiernos nacionales co-dirigidos y tutelados por PNV y CiU… Qué precocidad, Sr. Pasquau. Pero bueno, alcanzo a entender la fascinación que puede ocasionar un artículo de un sociólogo o antropólogo de prestigio en prensa internacional, también un viaje a Berlín o a Montreal. El académico español siempre mira al exterior aunque la Corte Suprema de los Estados Unidos de América mire al Justicia de Aragón para resolver no pocos problemas internos. Sigamos.

        Le decía más arriba que me hacía trampa porque creo ver en su planteamiento intención de reducir el mío a la defensa de la nación, buscando tal vez un arrinconamiento ideológico. Esto es una trampa para el lector y votante medio que no tiene su formación ni la mía. Del mismo modo, creo francamente que su cláusula de autodisolución y autoliquidación también es una trampa, no sólo un error. Y me perdona si he herido alguna sensibilidad al irme a la LSA, pero alguna sociedad mercantil he disuelto y liquidado. No he tenido la suerte, en cambio, de disolver y liquidar una nación. No tengo ego suficiente para semejante aventura. Candidatos no faltarán, y me imagino que todos peligrosísimos. De hecho, a diario los vemos en la prensa y no sería descabellado pensar que usted les abre las aguas, y no las del Mar Rojo precisamente.

        Me voy despidiendo. Un cauce legal para desmantelar la nación histórica (1492-1812) y constitucional (1978) es una contradicción y (vehementemente) una aberración, aunque pueda ser inteligente estratagema en el actual estado de situación. Recuerdo a Bracton y su “supervacuum esset, leges condere, nisi esset qui leges tueretur”, es decir, es superfluo hacer leyes si una vez hechas no se van a cumplir. Esto me lleva al actual 155 CE, que parecen haberlo derogado porque sí, pero también a su cláusula de autoliquidación, no para derogarse sino para activarse. Según veo, estaría justificada para evitar la guerra y el terrorismo. Ahí no voy a entrar porque no le veo mucho sentido, la verdad, es hasta hiriente y ofensivo intelectualmente..

        En fin, no protestaré más en vano. Soy consciente de aquella idea milleana: “centralismo absoluto y caciquismo disgregador son opciones igualmente abusivas”. Déjeme por favor que, sin necesidad de hacerme trampas, vea en su cláusula de autoliquidación un estímulo que favorecería sistemáticamente una opresiva legislación de clase que en última instancia contribuiría a destrozar la democracia en la península ibérica, porque como empecé este hilo, las Constituciones, Sr. Pasquau, no son un contrato. En vez de crear cláusulas, dediquémonos a exigir a nuestros gobernantes una educación de la inteligencia y los sentimientos.

        Es todo lo que tengo que decir. Saludos y gracias por su tiempo.

        • Gracias por el suyo, Rufino, y por la buena pieza (no sólo literaria) que deja aquí en su último comentario.
          (Entre paréntesis: si oigo a alguien decir que una constitución “es un contrato”, digo que no; si le oigo decir que toda constitución supone un pacto, digo que sí. Y aunque algunas acepciones de “contrato” y “pacto” coincidan, usted entiende la diferencia. Y por último: no querría reducir su planteamiento a la defensa de la nación para procurar un “arrinconamiento ideológico”; discuto con usted, sin títulos académicos para ello, si, además de presupuesto de una constitución, el concepto de nación puede ser, además, contenido -regulado- de la misma). Saludos.

  8. Atinada reflexión general, enhorabuena.
    España no resulta de una imposición manu militari: hombre, históricamente algo de eso hay, y la redacción de la Constitución se hizo con el aliento detrás de la oreja (que luego incluso saltó a la palestra un 23-F). El problema, grosso modo, es que España se ha construido de arriba abajo (del centro a la periferia) , y de abajo arriba (unión voluntaria de pueblos = federación).
    Saludos

  9. Queridos linotipìstas, agrimensores, vigilantes jurados, mercaderes, notarios todos mios de mi corasón y de mis sentrañas:

    Mientras se discute la diferensia entre pasto, convenio, transacsión, acuerdo, contrato, macordaba de mi maravillosa Marguerite y de su expresión y sensación del “peso bruto del objeto” que la fascinó en la nasión contractual de Andalusía y entonses no? me dije a mi misma Conshi qué querrá decir eso? Y claro el peso bruto del objeto se tiene que referir a la sensasión de bellesa y armonía que produse una maseta de geranios, una copa de cristal con un traguito de mansanilla, un balcón de hierro en la primera planta de una casa encalada, una cesta de mimbre, unos pendientes de plata , una taleguilla de Juan Belmonte, una telera de pan, una peineta, las riendas de un borrico, la ropa de la Virgen de la Macarena, un capirote, un farol en el puente romano de Córdoba, y así todo.

    Y por sierto, hablando de Córdoba, esto es lo que desía Marguerite sobre su Mezquita-Catedral:

    “Es una de las más nobles meditaciones que se hayan hecho jamás sobre lo lleno y lo vacío, la estructura del universo, el misterio de Dios”.

    :Lo lleno y lo vacío, por dios, qué inteligencia poética.

    La grosería de Cataluña está teniendo para mí un efecto benéfico, como veis. Me recompenso con lo mejor.

  10. Lo siento conshi pero tu esensia nasio-ná sa quedao obsoleta en el puente romano de Córdoba… No has perdio la virginidad Marguerite, pero si tas quedao sin las farolas… Por lo que ties que actualisar los folletos del puente antes de que te quedes sin romanos después del 2 de octubre… Pues parece que el gobernador ha liberado a todos los listos del País que andan midiendo soberanías y independesias pa sacarlas al mercado en año nuevo.. que Rajoy dise que hay pasta en la nasion…

  11. BAR DEL CONGRESO
    Tu tragaperras te quiere.
    Tú mismo.

    Tu tienes dos constitusiones una la original y otra superdepuesta y entonses tienes sun proglema y te dises sa ti mismo en qué constitusión me me me (esha 1 euro) me meo y entonses una te dise que la ley es la ley y que hay que cumplirla porque si no la cumples eres sun incumplidor y la otra te dise que si que la ley es la ley pero que puedes me me me (esha 2 euros) mearte en ella por imposibilidá de reformarla
    porque un hombre libre no puerde ser impedido en una me me me (esha 12 euros) meada porque entonses no sería completademente libre y entonses para salvar la dignidá de tu me me me (esha 20 euros) meada te afilias sa un partido antisistemástico que al amparo de la sagrada libertá de ideologia y de espresión te permite me me me (esha 46 euros) mearte en una Constitusión con protecsión de unos sagentes de orden público preparados sal efesto y entonses ya puedes me me me (esha 56 euros) mear tranquilo en tus propios sapatos y entonses llegas sa tu casa y hueles sa tabaco y tu mujer no fuma y ca ca ca ( esha 56 euros ) cabreado en tu nasionalismo progresiente y libertario le dises sa tu mujer aquí huele a tabaco y te dise ella me me me (esha 67 euros) me gusta tu inteligensia rey mio, me po po po (esha 70 euros) pone el intercambio de pareja constitusional vente pa cá que te voy a xxxx y a xxxxxxxxy luego xxxxxxxxx rey mio.

  12. En humanos el patrimonio familiar solo da cuentas a la familia. Y naturalmente reunirse las familias para hacer lo que les antoje un hecho,solo limitado por la ley y constitución.

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