Tiempo muerto.

"La estatua en el jardín botánico" (Radio Futura)
El PSOE está agobiado, y ha pedido "tiempo muerto". Por eso le reprocha a Rajoy su inteligente jugada de no exponerse a una sesión de investidura puramente estratégica y reservarse para el fracaso de otras alternativas. Por eso, también, le reprocha a Podemos su no menos inteligente "prisa" por tomar la iniciativa y proponer un Gobierno de coalición presidido por Sánchez. 
Es comprensible. El PSOE se juega mucho, y no se trata de "indecisión", sino de una lucha interna entre varias respuestas posibles. No creo que, como sugieren en Podemos, la decisión ya esté tomada (gran coalición) y sólo estén esperando el momento de explicarla y hacerla presentable como el menor de los males. Creo que es cierto que no saben lo que hacer, o mejor, que unos quieren una cosa y otros quieren otra. Creo que sí, que hay disputa dentro del PSOE y que, de entre los que deciden esas cosas, hay intereses políticos en conflicto. Da la paradójica impresión de que la decisión adoptada por todos los españoles (el 20D) ha quedado reducida a una microdecisión que sólo unos pocos tienen que concretar. El PSOE decidirá por todos, y es lógico que pidan tiempo. Deberíamos respetar que fuese un "tiempo muerto": sin cámaras curioseando, sin micrófonos preguntando, sin editoriales presionando. Es una decisión difícil, pero sobre todo es una decisión inevitable. A estas alturas ya casi nadie se pregunta otra cosa. Las condiciones de juego han ido fijándose, y sólo queda una incógnita por despejar: el PSOE. No quedan burladeros, no hay nadie entre bambalinas,  ya todo el público se ha acomodado en sus asientos y espera que un socialista salga al escenario y lea el veredicto.
Sí, el PSOE tiene derecho a callar un tiempo, a no hacer declaraciones ni iniciar negociaciones, a reunirse en cónclave bajo llave y pronunciar el "Extra omnes" que preserve a los cardenales de toda interferencia externa (con la excepción, claro está, del Espíritu santo).  Tiene derecho a un tiempo muerto. Tienen los socialistas derecho a aglomerarse como los jugadores de baloncesto alrededor de una pizarra con variantes, ponderar riesgos y oportunidades, decidir quiénes tienen que coger el balón y qué jugada intentar. El partido está en su fase decisiva y es posible la derrota, la victoria o el empate con prórroga. Pero el tiempo muerto también corre. Pronto sonará la bocina. Y lo que sería patético es que se convocasen nuevas elecciones sólo porque el PSOE se declarase incapaz de decidirse. 
La mesa ha concedido tiempo muerto al PSOE. Pero de fondo no suena una canción ligera para el baile de las vedettes con pompones, sino aquella otra más severa y metálica de Radio Futura de los 80, que les recuerda que ningún eclipse decidirá por ellos.
Un día más me quedaré sentado aquí
en la penumbra de un jardín tan extraño.
Cae la tarde y me olvidé otra vez
de tomar una determinación.
Esperando un eclipse me quedaré.
Persiguiendo un enigma
al compás de las horas.
Dibujando una elipse
me quedaré
entre el sol y mi corazón.

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