Quién es quién.

La conversación se envolvía, perezosa,  en el humo del café. Lo único hostil era el reloj que ella miraba de vez en cuando: a las seis tenía su cita diaria con su madre en la residencia. El se atrevió a pedirle que por una vez se quedara con él, en el mundo de los vivos, pero el argumento fue torpe: "si, total, ella no se entera; si ni siquiera sabe ya quién eres...". Ella cogió el bolso, se levantó, y dijo: "Ya.  Pero yo sí sé quién es ella".

5 Respuestas

  1. Muy duro, el egoismo que algunas personas sienten ante personas con demencias,no saben si vas o bienes pero si aprecian una muestra de cariño. Como no queremos sufrir les dejamos solos…
    Saludos desde el aire

  2. A veces resulta increíble que un texto tan reducido pueda contener una tan grande lección.
    Me ha gustado leerlo.
    Saludos

  3. Nos equivocamos al infravalorar a los ancianos o a gente con algún tipo de problema.
    Cuando estás encerrado en tu propia mente, incluso el cariño de un "extraño" llega hondo.

    Somos egoistas por naturaleza.

  4. Es lo mejor que le puede pasar a una madre que pierde la memoria, los recuerdos, tener una hija que si los conserva. Sin amor esto no se entendería.

    Miguel, que hermosura de escrito.

  5. Gracias Rosa, Neko, Begoña, Moderrunner.

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