Contra los escraches

No me gustan los escraches. En absoluto. No me convencen sus argumentos. El más repetido es que los otros tienen medios más eficaces de presionar: el looby; no es buen argumento, porque si el looby tiene éxito, el reproche yo no lo dirigiría al looby, sino al grupo parlamentario que se pliega a sus ofertas. El escrache señala el domicilio y el ámbito de privacidad del diputado. No lo justifica el que la causa sea noble: si justificamos los escraches por causas que nos parecen nobles, ¿qué argumentos tendremos cuando el populismo fascista empiece a acosar a individuos (diputados o no) de ideas diferentes? ¿Qué diremos cuando un abogado que ha defendido a un acusado de asesinato no pueda llegar a su casa sin atravesar gritos y pancartas llamándole asesino? ¿Qué pasará cuando un juez se vea acosado por haber absuelto por falta de pruebas a quien la televisión ya condenó en tertulias sumarísimas? ¿Qué, cuando un profesor tema explicar sus tesis sobre inmigración por miedo a no poder vivir tranquilo en su casa? ¿Nos gustará que los seguidores de un partido ultra griten debajo del balcón de los diputados que se han negado a votar la iniciativa popular por la reinstauracion de la pena de muerte? Cuidado con los escraches, que los carga el diablo. Tengo demasiada desconfianza en la cultura ciudadana de la gente como para creer que los escraches traerán más democracia real: temo a las legiones del atajo populista.
 
Preferiría escraches ante las sedes de los partidos, ante las oficinas de las entidades bancarias que desahucian a familias en paro sobrevenido, ante la Bolsa, incluso ante los Juzgados, el Parlamento o los Ministerios, pero sin domicilio y sin privacidad protegida no hay ciudadanía posible. No me gustan los escraches, ni siquiera los escraches organizados por buena gente que sólo quiere salvar a los injustamente desahuciados. Defiendo el derecho de los diputados del PP de tener domicilio aunque voten contra proyectos interesantes. Identificar y señalar públicamente el domicilio de una persona que quiere mantenerlo reservado es una intromisión contra el derecho a la intimidad, dijo hace años el Tribunal Supremo.
 
 

7 Respuestas

  1. Me imagino que quienes son víctimas de los escraches no pueden mirar para otro lado aunque quieran. Y que debe ser horrible contemplar junta tanta indignación. Que a fin de cuentas es algo tan viejo como aquello de si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma.

    No es que los apruebe, pero sí comprendo el hartazgo que hay detrás de ellos. El cansancio de que a veces el pueblo no encuentre solución a los temas que de verdad le ahogan. Cada día nos muestra la triste realidad de quienes se hayan en ese lugar neutro donde nada cambia a mejor.
    Saludos

  2. Amén, don Miguel.

  3. Bien, ayer comentaba sin leer con atención esta entrada, hoy con más tiempo para ello y mejor disposición, debo decir que estoy completamente de acuerdo en tus planteamientos de principio a fin.
    Saludos

  4. Tu opinión me parece loable Miguel Esponera. Tampoco estoy de acuerdo no con los escrahes, sino con algunas de sus formas, en lo que a la privacidad de sus domicilio ya que también son señalado sus familiares que seguramente no tienen porque aguantar y sentir la verguenza de lo que el parlamentario ha hecho o va a hacer. Totalmente de acuerdo con las manifestaciones en todos sus ámbitos y yo inventaría los escraches tipo "hombre del frac". Y tienes razón en que los fascista utilizan métodos para estigmatizar a los que no lo son, aunque no son comparables en absoluto cono los escraches… Pero ¡ojo! con la criminalización a los que manifestamos legítimamente, ¡ojo! con las leyes contra la libre expresión del pueblo, porque los jueces se llevarán también parte de las críticas del pueblo, a pesar de que ellos sólo cumplen con las leyes que los ineptos políticos hacen… Defender desde la Constitución actual, que no me gusta nada y defender un cambio de la Constitución para contener los abusos de poder de los gobernantes, que no entienden para que quién gobiernan…Un abrazo: Germán

  5. Anónimo

    Se escribe "lobby".
    Ala, escrachado.

  6. Pero estoy de acuerdo con el derecho a la intimidad, pese a quien pese, abrazos.

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