“The artist”

Imagino los argumentos de quienes se aferraban al cine mudo, ante la irrupción de ridículos micrófonos que ponían en falsete voz a las caras, que son la expresión del alma. La gesticulación como arte, el valor de la sugerencia, la actitud del espectador, que ríe o llora más cuando él mismo ha puesto las palabras que nadie ha dicho, frente a lo explícito, lo fácil, lo pasivo. Primero despreciaron esos experimentos de friquis tecnológicos, luego debieron decidir dar lo mejor de sí mismos para compensar la injusticia de un público voluble, para más tarde resistir resignadamente hasta extinguirse.
Magnífica película. Magnífico el actor, una historia muy bien contada, algunas escenas que pueden pasar a la historia del cine (el encuentro en la escalera, ella más alta que él, cuando la han contratado para la primera película sonora; la ridiculez de las arenas movedizas en las que se acaba hundiendo el artista; el perro queriendo avisar al policía, también con gestos -y al menos ladridos- de la suerte de su amo, y la señora regañándole por no enterarse; y sobre todo las cinco tomas fallidas de la escena del baile).
Qué buen rato frente a la patalla locuaz.

3 Respuestas

  1. Vengo a devolverte la visita encantado y a decirte que tu reseña breve pero rotunda ha acabado de decidirme por ir a ver la peli

  2. leo

    Comparto sensaciones: qué gusto, una historia sencilla, diáfana, emotiva… Qué sabor de boca tan bueno deja.
    :-))

  3. Yo esperaba más, me habían hablado tan bien, que no me ha parecido para tanto, pero las escenas que has elegido merecen la pena. Prefiero ir al cine sin saber qué voy a ver.

    bss

Deja tu comentario

Los comentarios dan vida al texto y lo pone en movimiento.